Viña VIK

Un Sueño Ambicioso: La Creación de Viñedos de Clase Mundial

En 2004, Alexander y Carrie VIK se embarcaron en un desafío audaz: establecer viñedos de renombre mundial con el objetivo de producir vinos excepcionales. Para lograr esta ambiciosa meta y descubrir el terroir ideal, reunieron a un equipo multidisciplinario compuesto por enólogos, climatólogos, geólogos, viticultores y agrónomos, quienes exploraron minuciosamente Sudamérica.

En los últimos 20 años, la visión de Alexander y Carrie VIK ha continuado guiando e inspirando a todo el equipo de Viña VIK a explorar nuevos horizontes en la viticultura y a compartir la pasión sincera por el vino con el mundo entero. Cada botella de vino VIK es un tributo a la dedicación, la pasión y el compromiso con la excelencia. La búsqueda constante de la perfección y la innovación asegura que los vinos de VIK sigan siendo un referente de calidad y sofisticación en la escena vinícola mundial.

En 2004, Alexander y Carrie VIK se embarcaron en un desafío audaz: establecer viñedos de renombre mundial con el objetivo de producir vinos excepcionales. Para lograr esta ambiciosa meta y descubrir el terroir ideal, reunieron a un equipo multidisciplinario compuesto por enólogos, climatólogos, geólogos, viticultores y agrónomos, quienes exploraron minuciosamente Sudamérica.

En los últimos 20 años, la visión de Alexander y Carrie VIK ha continuado guiando e inspirando a todo el equipo de Viña VIK a explorar nuevos horizontes en la viticultura y a compartir la pasión sincera por el vino con el mundo entero. Cada botella de vino VIK es un tributo a la dedicación, la pasión y el compromiso con la excelencia. La búsqueda constante de la perfección y la innovación asegura que los vinos de VIK sigan siendo un referente de calidad y sofisticación en la escena vinícola mundial.

La Búsqueda del Terruño Perfecto

En 2006, la pareja adquirió 4,500 hectáreas en Chile, específicamente en el Valle del Cachapoal, descubriendo el terroir ideal. Este lugar escogido fue Millahue, conocido por los mapuches, el pueblo indígena originario de Chile, como el ‘Lugar de Oro’. Ese mismo año, se plantaron las primeras vides en 327 hectáreas, estableciendo los cimientos de lo que se convertiría en un viñedo excepcional.

La Viña Vik está situada en el interior del valle, entre quebradas, ofreciendo una variedad de terroirs únicos y microclimas diversos. Estos microclimas son caracterizados por la fresca brisa costera que ayuda a enfriar las viñas, proporcionando la proporcionando la complejidad deseada para producir el mejor vino de Sudamérica.

Compromiso con la Sostenibilidad

Desde sus inicios, la viña ha trabajado con un enfoque sostenible, implementando prácticas agrícolas que respetan el medio ambiente y promueven la biodiversidad. La innovación y la tecnología han sido pilares fundamentales en el desarrollo de los viñedos, permitiendo optimizar cada etapa del proceso de producción. El uso de técnicas de cultivo y la adopción de energías renovables son solo algunos ejemplos del compromiso con la sostenibilidad que se han implementado en el viñedo.

Calidad en Cada Botella

El compromiso con la calidad se refleja en cada botella de vino producida en la viña. Cada cosecha es cuidadosamente seleccionada y cada uva es tratada con el máximo cuidado para preservar sus características únicas. El resultado es una colección de vinos excepcionales que han sido reconocidos y premiados a nivel internacional. La dedicación y el esfuerzo invertidos en cada etapa del proceso de producción aseguran que cada botella sea una expresión pura del terroir de Millahue.

Enoturismo: Una Experiencia Única

Además de la dedicación a la viticultura, la viña ofrece una experiencia enoturística única. Los amantes del vino son invitados a visitar la viña y descubrir la belleza de Millahue, participar en catas guiadas y conocer de cerca el proceso de elaboración de los vinos. Los visitantes pueden recorrer los viñedos, aprender sobre las prácticas sostenibles implementadas y degustar una selección de vinos en un entorno espectacular. Esta experiencia enoturística no solo educa a los visitantes sobre el arte de la vinicultura, sino que también les permite conectarse con la pasión y la visión que impulsan por sus dueños.